El más grande de nuestros ríos navegables es el Valdivia, que adopta este nombre desde la confluencia del Calle Calle con el Cau Cau, en el vértice norte de nuestra ciudad. Antes de la llegada de los españoles se llamaba Ainil y sus habitantes constituían el Ainilebu, o la “parcialidad del río”. El propio Pedro de Valdivia, a los pocos meses de la fundación de la ciudad, escribió al príncipe Felipe que era lo mejor “qué jamás se ha visto”, y poco años después el cronista Mariño de Lobera señalaba que “es en todo este río tan aventajado que se puede contar entre los mejores que en el mundo se sabe”.
¿Pero, en qué momento cambió de nombre? Esto ocurrió el 22 de septiembre de 1544, cuando el almirante Juan Bautista Pastene decidió rebautizar el río en honor a su superior. Por ello, 8 años después, el 9 de febrero de 1552, Pedro de Valdivia fundó sobre el ex río Ainil la ciudad con el nombre de “Santa María la Blanca de Valdivia”, o solo Valdivia para los amigos.
El cabildo de la ciudad relataría algo similar al entonces monarca español: “…este puerto se hace de un río grande y caudaloso que pasa junto a esta ciudad, al cual puso nombre río de Valdivia por se descubierto por su mandado y porque correspondiese el nombre de esta ciudad al del río y también porque quede memoria de Pedro de Valdivia, gobernador de vuestra majestad, su fundador, se llamó así…”.
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